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La Palabra que nos compromete
16º domingo de tiempo ordinario
20 de julio de 2014


En nuestra debilidad
 
"El reino de los cielos es como…"

Nosotros los seres humanos somos tan pequeños.  La probabilidad de que uno de nosotros exista es tan tremenda que los números nos empequeñecen.  Cien millones de espermatozoides de nuestro padre--- reducidos a unas docenas que llegan al lugar donde está un óvulo particular en un momento fugaz---eran otros candidatos posibles de vida que no eran nosotros. En la mayoría de los casos, una semilla se junta con un huevo al engendrarnos  a usted o a mí.  Si se multiplica este evento por los días, los meses y los años de fertilidad, otros posibles esposos y antepasados perdidos, la improbabilidad  de haber sido concebido es mayor que las posibilidades de ganar la lotería todos los días durante toda una vida.  Sin embargo, estamos aquí, en un sistema solar que es una mota en una expansión de estrellas.  Así es la creación, una gran lotería de vida, un mar de gracias acaudaladas y de oportunidades perdidas.

En toda la casualidad de la historia y del espacio, el bien permanece, nos dice el evangelio.  Vale la pena el gasto enorme de materia y energía para lograr el bien.  Vale la pena sufrir el infortunio para cosechar los beneficios.  Los frutos crecen entre las malas hierbas.  La vida y el desperdicio van juntos.  Las ganancias y las pérdidas son compañeros.  Pero se toleran la pérdida y el desperdicio por el bien de la cosecha.

Además, el fruto al principio es tan pequeño.  Como un acto de amor, un momento de bondad, un instante de valor, el desarrollo de una semilla es imperceptible.  La semilla de la mostaza,  antes tan pequeña, llega a ser un arbusto grande, nido de los pájaros peregrinos que van pasando.   Así es con otra analogía de Jesús para el reino de Dios: un poco de levadura penetra y fermenta la masa de harina. 

El uso de parábolas, una tradición basada en las literaturas de la sabiduría y rabínica, es un sello distintivo de las enseñanzas de Jesús.  No cabe duda que las imágenes particulares de la semilla de mostaza y de la levadura hicieron mella no sólo en los que le escucharon, sino también en la antigua comunidad cristiana, bien consciente de que, para los del mundo, Jesús tenía poca importancia y de su propia pequeñez en comparación con el judaísmo y el imperio romano.  Creyeron que vendría el reino de Dios, igual como llega la cosecha, a pesar de los obstáculos y los reveses. 

Pero estas parábolas tienen una dimensión psicológica que transciende las particularidades de la historia y las circunstancias.

Tememos mucho nuestra pequeñez.  En cuestión de la materia, cuanto más grande, mejor.  Lo grande impresiona.  La grandeza es buena.  Lo pequeño parece ser débil y vulnerable.  Pero al ver el mundo así, no vemos la sabiduría de la vida, la promesa de lo pequeño, el mundo no sólo de la mera materia, sino del espíritu.

¿No hemos experimentado todos nosotros la gracia que sale de lo más pequeño?  ¿La primera sonrisa que sale libremente de un niño?  ¿El primer beso?  ¿El primer acto de bondad?  ¿La promesa frágil que se hace de todo corazón?  Cada uno de nosotros, tan inconsecuentes en las cámaras  de la historia, tan perdidos en los espacios vastos que se miden por años-luz, lleva un poder que no se basa en peso y tamaño.  El corazón humano, pequeño y frágil según las medidas cósmicas, asciende a alturas de su misma fragilidad cuando ama, espera y cree.  El reino de Dios se trata de todo esto.  Y el Espíritu de Dios se mueve dentro de nuestro corazón.

Ese instante minúsculo cuando comenzamos lleva fruto, no sólo durante la vida de uno que en sí es pequeña, sino en el amor que reside en un ámbito más allá del reino del tamaño y número.


John Kavanaugh, S. J.
Traducción de Kathleen Bueno, Ph.D.

El Padre Kavanaugh era professor de Filosofía en la Universidad de San Luis, Missouri. Su prematura muerte ha sido muy dolorosa para todos aquellos que le trataron en su vida.
THE WORD EMBODIED: Meditations on the Sunday Scriptures, Cycle A.
Orbis Books, Maryknoll, New York (1998), pp. 87-88.
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Derechos de autor © 1998 por John F. Kavanaugh. Todos los derechos de autor están reservados. Se usa con el permiso de Orbis Books, Maryknoll, New York 10545-0308

Arte de Martin Erspamer, O.S.B.
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
["Clip Art" religioso para el año litúrgico (A, B y C)].
Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org/