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Reflexiones
1º domingo de Cuaresma
9 de marzo de 2014
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Llamados a Vivir con Dios
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Durante esta primera semana de Cuaresma, las lecturas
nos señalan la importancia de una vida con Dios.
Si bien el mensaje de las lecturas es claro y, hasta
cierto punto, dramático, la realidad y
experiencia humana es a veces otra. Como
comúnmente decimos: “del dicho al hecho hay
mucho trecho.”
Para nosotros los cristianos, el trecho o espacio que
vivimos está repleto de opciones, tentaciones y
vicios. A veces nos es más fácil dejarnos
llevar por la gratificación inmediata que muchas
de nuestras tentaciones nos brindan. Esta tendencia
humana de buscar la gratificación ligera se
refleja en la dinámica del jardín del
Edén. Ahí vemos al hombre y a la mujer
dejarse arrastrar por el falso deseo de
autonomía; en forma simbólica, vemos que
la serpiente solo los puede guiar a un camino de duda y
ambición personal. Sabiendo bien lo que Dios les
había dicho, el hombre y la mujer prefieren dudar
de Dios y atender a la palabra de la serpiente la cual
les dice que ellos no morirán al desobedecer a
Dios (Gén 3:4-5).
Esta misma dinámica de tentación se vuelve
a reflejar en el Evangelio de hoy. Si bien el lugar a
cambiado del jardín con flores a un desierto
árido, la mentira del la serpiente permanece
viva. En tres maneras diferentes, las palabras del
diablo resuenan la falsa promesa de una vida plena o
feliz sin la necesidad de Dios. A diferencia de nuestro
primer cuento en el Edén, Jesús en el
desierto confronta estas tres tentaciones de vivir sin
Dios en una forma definitiva y completa. En Jesús
descubrimos nuestra verdadera vocación y, sobre
todo, descubrimos el camino que nos conduce y restaura
de nuevo a una vida completa en Dios. Como los mencionan
sus propias palabras: nuestra tendencia a dudar de Dios
y buscar nuestras ambiciones personales solo encuentran
alivio cuando vivimos de la Palabra de Dios (Mt 4: 4).
Es precisamente esta Palabra de Dios hecha carne en
Jesús la cual puede liberarnos de toda
tentación física y espiritual.
Durante este tiempo de Cuaresma, entonces, tenemos que
estar conscientes de la “palabra de la
serpiente” y la “Palabra de Dios.”
Como ya hemos visto, estas dos palabras—si bien
nunca son iguales—nos conmueven a vivir una vida
de ilusión o una vida autentica en Dios,
respectivamente. Tanto la tentación
diabólica como Jesús permanecen siempre
presente en nuestras vidas, la elección es
nuestra. Busquemos entonces a Jesús, y juntos con
el salmo digamos:
“Aparta tu semblante de mis faltas, borra en
mí todo rastro de malicia. Crea en mí,
oh Dios, un corazón puro, renueva en mi
interior un firme espíritu” (Salmo 51: 12-13).
F. Javier Orozco, O.F.S.
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F. Javier es un teólogo y educador católico.
Presentemente trabaja como director del
ministerio hispano para la Arquidiócesis de
San Luis, Missouri. Sus estudios son en
filosofía y teología.
Derechos de Autor © 2014, Javier Orozco.
Todos los derechos reservados.
Se concede permiso para la reproducción
para uso personal o uso parroquial.
Arte de Martin Erspamer, O.S.B.
de
Religious Clip Art for the Liturgical Year
(A, B, and C)
["Clip Art" religioso para el año litúrgico (A,
B y C)].
Usado con permiso de Liturgy Training
Publications. Este arte puede ser reproducido
sólo por las parroquias que compren la colección
en libro o en forma de CD-ROM. Para más
información puede ir a:
http://www.ltp.org/
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