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Reflexiones
6º Domingo de Pascua
10 de Mayo de 2015

 

Cuatro hijos adultos han estado preparando por el último año el cincuenta aniversario de sus padres. En los preparativos necesarios para celebrar este aniversario, los hijos lo hacen con mucho orgullo y alegría por parte de sus padres. Sus padres no han sido una pareja perfecta en su relación del uno con el otro, pero al final han logrado mantenerse fijos en su relación y siempre fieles en criar a sus hijos con respeto y cariño.

En el Evangelio de San Juan hoy oímos: “Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo les he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.” Cuando una pareja se entrega en el matrimonio nada es claro en la jornada en la cual comienzan, nadamás que sienten un amor y compromiso el uno por el otro. La realidad es que el querer compartir este amor es porque ellos han sentido el amor de Dios por ellos en sus familiares y entonces decían compartirlo con una pareja, reconociendo el don que Dios les ha dado en sus pasos en esta vida en la persona a la cual se comprometieron.

Encima de este compromiso de esta pareja está el don que Dios les mandó, que son los hijos. La celebración que hacen estos hijos viene de la realidad que estos padres, aunque han tenido sus propias dificultades y también el uno con el otro, han hecho todo lo posible para el bienestar y la crianza de sus hijos. Estos padres oyeron las palabras de Jesús en sus vidas que oímos hoy: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.” Quizás no han sido perfectos padres tampoco, pero han sido fieles a su compromiso, no nadamás a su pareja, sino también al servicio a sus hijos.

Al oír: “Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les he mandado…. a ustedes les llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre les he dado a conocer. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien les ha elegido.” Realmente después de tantos años de fidelidad no nadamás a su pareja sino también a sus hijos, esta pareja ha llegado a conocer el amor de Dios y del uno al otro pero ahora por parte de sus hijos en esta próxima generación que han aprendido de parte de sus padres que creen en Dios y el Espíritu Santo que les ha dado la fuerza para perseverar en esa fidelidad. Dios los escogió a ellos y la pareja ha regresado ese don a Dios por su sacrificio, el uno al otro, y también por parte de sus hijos.

El Evangelio de hoy cierra con estas palabras: “De modo que lo que le pidan al Padre en mi nombre Él se lo dará….que se amen el uno al otro.” Estos padres han pedido en sus oraciones por el bienestar de sus hijos y ahora en esta celebración de su cincuenta aniversario Dios le ha regresado las bendiciones de ser unos padres fieles el uno al otro pero también por parte de sus hijos. Que este sea nuestro camino en nuestros compromisos en compartir el amor en fidelidad al cual nos llama el Señor hoy día.

P. José M. Santiago, O.P.

Padre José M. Santiago, O.P., MSW, D. MIN, Profesor Asistente de Teología Pastoral en el Instituto de Tomas Aquino de San Luis, Missouri.

Arte de Martin Erspamer, O.S.B.
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
["Clip Art" religioso para el año litúrgico (A, B y C)].
Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org/