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La Palabra que nos compromete
14º domingo del tiempo ordinario
7 de julio de 2013

Primera lectura: Isaías 66: 10-14
Salmo responsorial 66:1-3, 4-5, 6-7, 16, 20
Segunda lectura: Gálatas 6: 14-18
Evangelio: San Lucas 10: 1-9


Sagrada promesa
 
“Ella te llevará en brazos.”

El Papa Juan Pablo I, ese sacerdote sonriente que sólo reinó unas pocas semanas, nos recordó que Dios no es sólo padre, sino madre también. ¿Le influyeron las palabras de Isaías, “Como una madre que consuele a su hijo, así los consolaré a ustedes”?

La imagen sugiere una intimidad privilegiada, una dependencia maravillosa, hasta el primer éxtasis de un niño. ¿Ha visto alguna vez a un bebé lactante, los brazos extendidos y perdido en una dicha muda? ¿Es lo que quería decir Isaías? ¿Es así Dios con nosotros?

Aunque vivimos en una época en que algunas madres abandonan a los hijos o hasta incluso les matan por algún motivo escandaloso, queda algo muy dentro de nosotros que nos dice, si no podemos confiar en el amor de una madre, ¿en qué podemos confiar?

Si el Dios que alabamos se ve como una madre que quiere a sus hijos, ¿cómo podríamos temer el peligro? ¿Cómo no se realizarían nuestros deseos más profundos? Aun cuando sufrimos de amenazas y renuncias de lo más dolorosas, no debemos preocuparnos. El amor que nos abraza es el último acto.

Como la cruz de Cristo revela la unión eterna de Dios con nosotros, San Pablo puede dar voz a una proclamación muy atrevida a los Gálatas: “Que jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo.” Él se basa totalmente en la confianza, la sagrada promesa de un Dios que nos cuida y nos alimenta, quien sólo quiere que vivamos y que prosperemos, quien moriría a causa de su amor por nosotros. Si creemos esta ley de la vida, encontramos paz y piedad. “Por lo demás, que nadie me cause más problemas, porque yo llevo en el cuerpo las llagas de Jesús.”

Pero, nos preocupamos en esta estancia que es la vida. Acumulamos reservas de inversiones. Tal vez sean nuestra póliza de seguros, nuestros guardias y proveedores firmes. Peor todavía, hasta los viajes ordinarios inspiran miedo de inseguridades. Cualquier caminata, sin hablar del camino que es la vida, requiere equipaje.

En el último viaje largo que hice a África, llevé antibióticos, relajantes para los músculos en caso de que sufriera una hernia discal, hidrocortisona, la crema de Cutters para que no me picaran los mosquitos, y una mosquitera para que no se me acercaran. También llevé libros para anclarme y recordarme lo que yo era. Llevé un par de zapatos especiales, un impermeable para enfrentarme con cualquier necesidad. Por poco casi decidí llevar mis propias agujas hipodérmicas, por miedo de que me pincharan con una aguja sin esterilizar.

Qué diferente fui yo de los setenta y dos: ellos fueron a todos los pueblos como corderos entre lobos, y yo como un calculador de riesgos vacunado. No llevé una simple cachava, sino más maletas con ropa para todas las estaciones; no una bolsa sino cajas de protección; no solamente sandalias sino un impermeable reversible. Llevé mucho más que la paz del Evangelio de San Lucas. En realidad, llevé tantas cosas que quizás nunca pensé en dar la paz.

Así que me pregunto. ¿Quién realmente cosechará el misterio de nuestra redención? ¿Será gente como yo tan propensa a confiar en baratijas en vez de en Dios? ¿O será un viajero que va tan ligero y sin cargas que todos los de su alrededor no pueden imaginar nada más maravilloso que depender de un Dios que como una madre nos lleva en brazos y nos acaricia mientras estamos sentados en su regazo? “Como madre que consuela a su hijo, así yo los consolaré a ustedes.”



John Kavanaugh, S. J.
Traducción de Kathleen Bueno, Ph.D.

El Padre Kavanaugh era professor de Filosofía en la Universidad de San Luis, Missouri. Su prematura muerte ha sido muy dolorosa para todos aquellos que le trataron en su vida.
THE WORD ENGAGED: Meditations on the Sunday Scriptures, Cycle C. Orbis Books, Maryknoll, New York (1997), pp.81-83.
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Derechos de autor © 1997 por John F. Kavanaugh. Todos los derechos de autor están reservados. Se usa con el permiso de Orbis Books, Maryknoll, New York 10545-0308
Arte de Martin Erspamer, O.S.B.
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
["Clip Art" religioso para el año litúrgico (A, B y C)].
Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org/