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Reflexiones
15º domingo de tiempo ordinario
13 de julio de 2014
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La primera lectura de hoy nos ayuda a nosotros fijarnos
en la importancia de lo que nos dirige Jesús hoy en el
Evangelio. Aunque prevé la lectura del profeta Isaías
nos orienta hacia a los deseos de Dios para nosotros
individualmente y como comunidad: “Como bajan del
cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino
después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla
geminar, a fin de que de semilla para sembrar y pan para
comer, así será la palabra que sale de mi boca: no
volverá a mi sin resultado, sino que hará mi voluntad y
cumplirá su misión.”
Si nos fijamos alrededor de nosotros que en un invierno
frio, donde nos dio suficiente nieve, y ahora una
primavera y verano donde hemos tenido bastante lluvia
que nos a traído bastantes pastos verdes y muchísimas
flores con poco necesidad de nosotros añadirle a la
lluvia de la naturaleza.
Pero todo esto es parte a lo que Jesús no dirige hoy por
el Evangelio un su parábola del sembrador. Nos presenta
cuatro posibilidades: primera, del hombre que oye la
palabra del Reino y no la entiende porque le llega el
pecado y le arrebata lo sembrado de su corazón; segundo,
lo sembrado sobre terreno pedregoso o el que oye la
palabra y la acepta inmediatamente con alegría, pero
como no deja echar raíces y llegan las dificultades o
persecuciones abandona la palabra; tercero, la siembra
entre espinos representa al que oye la palabra pero las
preocupaciones de la vida y la seducción de riquezas la
sofocan y no da fruto; y la cuarta, lo sembrado en
tierra buena que representan a quienes oyen la palabra,
la entienden y dan fruto. Todos nosotros llevamos estas
posibilidades en nosotros en diferente momentos de
nuestras vidas.
Entonces es importante para nosotros fijarnos en como
podemos vivir con mas frecuencia en esta ultima etapa
donde podemos del fruto con mas frecuencia: “donde
lo sembrado en tierra buena que representan a quienes
oyen la palabra, la entienden y dan fruto.”
Entonces, hay tres etapas donde nosotros podemos
envolvernos en respondiendo a la palabra de Dios;
recibiendo la palabra, atesorando la palabra y
poniéndola en practica. Fijándonos en cada paso:
primero, en recibiendo la palabra de Dios, seria el paso
de la mente, donde escuchamos la Palabra atentamente con
nuestra mente; segundo, le damos la bienvenida a la
Palabra, que seria el paso del “corazón,”
donde la sembramos en nuestro corazón como el gran
tesoro; y el tercer paso, el paso del
“alma,” es poniendo la Palabra en practica,
es sobresaliéndonos en la fe o haciendo algo con la
Palabra.
Entonces hay tres pasos: el de la mente, recibiendo la
palabra; el del corazón, atesorando la Palabra; y el de
alma, poniendo la Palabra en acción. A cada uno de
nosotros nos toca tomar estos pasos para que no quede
vacía la siembra del Señor en nosotros después de salir
de esta misa al mundo que tiene muchísimas
distracciones. Amen.
P. Jose M. Santiago, OP
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F. Javier es un teólogo y educador católico.
Presentemente trabaja como director del
ministerio hispano para la Arquidiócesis de
San Luis, Missouri. Sus estudios son en
filosofía y teología.
Derechos de Autor © 2014, Javier Orozco.
Todos los derechos reservados.
Se concede permiso para la reproducción
para uso personal o uso parroquial.
Arte de Martin Erspamer, O.S.B.
de
Religious Clip Art for the Liturgical Year
(A, B, and C)
["Clip Art" religioso para el año litúrgico (A,
B y C)].
Usado con permiso de Liturgy Training
Publications. Este arte puede ser reproducido
sólo por las parroquias que compren la colección
en libro o en forma de CD-ROM. Para más
información puede ir a:
http://www.ltp.org/
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