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La Palabra que nos compromete
Decimoquinto Domingo
del Tiempo Ordinario B
11 de julio, 2021
John Kavanaugh, SJ


La Carga del Equipaje
“No carguen nada para el camino.”

Cuando estuve en la India hace varios años, llegué cargado con un montón de libros que pensaba leer durante mi estancia allí. Al acarrear esas cosas, por poco se me rompió la espalda. Y aun así, por lo menos al principio, ¡cómo amaba los libros! Subrayaba y resaltaba con cuidado los pasajes que me servirían algún día.

Un cristiano, sea Papa o campesino, es más eficaz como discípulo cuando su motivo es menos indeciso.
Pero los libros me pesaban. No sólo eran difíciles de llevar, eran muy pesados en el sentido de que quitaban mucho tiempo. Cuando supe de un jesuita que había convertido a miles de hombres y mujeres, animistas de Bihar, comencé a regalar mi preciosa carga. Cuando le preguntaron al enjuto misionario cómo había conmovido a tantas personas, dijo simplemente: “Ando ligero, así tengo tiempo. Cualquier distancia que sea menos de veinte millas, me la ando, así tengo tiempo.”

Conforme se reducía el número de libros maravillosos que llevaba en la bolsa, se me mejoró la espalda también. Y tuve más tiempo para vivir.

No debo haber aprendido muy bien la lección. Recuerdo que me reí de mí mismo más recientemente, mientras hacía las maletas para pasar un año en África. Elegí meticulosamente lo que iba a llevar: zapatos adecuados, mucha ropa interior, aspirinas y antibióticos, una radio de onda corta para poder escuchar la BBC, más libros (pero menos de los que llevé conmigo a la India), y un mosquitero.

Un escenario bastante diferente del que San Marcos expuso. Jesús envió a los discípulos en grupos de dos con nada más que un bastón—no tenían ni comida, ni bolsa, ni una sola moneda en el monedero. Podrían llevar sandalias, pero no debían llevar más que la túnica que llevaban puesta.

Me doy cuenta, claro, que vivimos en una época diferente. Y sé que está bien llevar cosas para ayudarnos a sanar, bendecir, consagrar, y predicar durante el viaje. Pero es una acomodación inquieta. En la mayoría de los casos, esa carga de arrastre nos molesta más que nos ayuda.

Nosotros los cristianos—obispos, sacerdotes, y fieles—de maneras variadas estamos llamados a ser discípulos, a menudo como sanadores o maestros, a veces como profetas reacios como Amós. Pero me pregunto si llevamos demasiado equipaje.

No se trata simplemente de las cosas que metemos en el equipaje o arrastramos con la gente que nos rodea. Puede que sean todos los signos excesivos de nuestro poder, privilegio, y dinero. Pueden que sean nuestras bruscas ideologías y teorías predilectas. Como decía una anciana que vivía en la zona norte de la ciudad de Saint Louis: “Prefiero ver un sermón vivido antes que hablado.”

Un cristiano, sea Papa o campesino, es más eficaz como discípulo cuando su motivo es menos indeciso. Es fácil aprovecharse de sacar los beneficios por encima. Es tan tentador servir las buenas noticias de nuestros propios egos e importancia en vez de sujetarnos a las verdades desgarradoras que predicamos.

Si declaramos que “es en Cristo y por su sangre en quien tenemos la remisión de los pecados,” entonces tal vez podamos vivir la vida de una manera un poco más simple, de una manera un poco menos ambigua. Podría ser más obvio a los demás y a nosotros mismos que estamos hechos verdaderamente para Cristo, no para los ornamentos que llevamos.

Con demasiado equipaje, servimos al equipaje, barremos hacia dentro. ¿Será por eso que nuestros esfuerzos apostólicos en el mundo hoy en día parecen inefectivos? ¿Será que somos más hábiles para acumular nuestros beneficios que para pastorear la fe?
Juan Kavanaugh, SJ
Traducción de Kathleen Bueno, Ph.D.

El Padre Kavanaugh fue profesor de Filosofía en la Universidad de San Luis, Missouri. Su prematura muerte ha sido muy dolorosa para todos aquellos que le tratamos en su vida.


Arte de Martin Erspamer, OSB
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
["Clip Art" religioso para el año litúrgico (A, B y C)]. Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org