Homilía
Domingo 18º de tiempo ordinario B
5 de agosto de 2012

Primera lectura: Éxodo 16: 2-4,12-15
Salmo responsorial: 78:3-4, 23-24, 25, 54
Segunda Lectura: Efesios 4:17, 20-24
Evangelio: San Juan 6: 24-35

…Siempre de ese pan

La palabra siempre nos trae nociones de un tiempo sin fin. Sin embargo, con frecuencia, no la utilizamos así, sino para expresar un cierto nivel de compromiso en un momento dado. Las estadísticas sobre el matrimonio y el divorcio dan su testimonio de un siempre que, lejos de indicar una eternidad de años, marca sólo un instante de entusiasmo. Añoramos tanto un siempre permanente que nos olvidamos de la naturaleza transitoria de todo.

La muchedumbre, buscando un milagro, deseaba comer pan, no sólo en aquel momento, sino siempre. Sin embargo, no saben porque lo comerán. El pan no es ni pasatiempo ni jugete, sino el fundamento de la vida; nos da la energía con que se logran los propósitos humanos.

Jesús compara este pan al pan que Dios dio al pueblo israelita durante su peregrinaje liberador en el desierto. El desierto no alimenta a los que lo transitan. Al contrario, sus arenas los comen vivos. Sin embargo, en pleno desierto, Dios sostenía a una gente que quería salir de la esclavitud y hacerse un pueblo organizado y responsable de su propia vida.

Jesús dice que Dios daba el pan del desierto bajo ciertas condiciones. A los israelitas, se les fue permitido recoger sólo lo que les iba a sostener durante la jornada; al intentar a recoger más, ellos lo encontraron podrido y vuelto un nido de gusanos. Ellos compartieron y relacionaron el camino y el pan. El maná era sólo para los peregrinos.

Los israelitas en el desierto murieron de todos modos; las pruebas de lo mismo, ofrecidas por Jesús, salen, no del polvo del pasado, sino de las actitudes del pueblo presente, apático y colonizado, desorganizado y sin responsabilidad, vistos como ovejas ante el esquilador.

Si queremos siempre tener este pan que Jesús da, nos toca aceptar las condiciones que el mismo Dios impone. Sin embargo, nos gusta seguir las normas del mundo alrededor y no las de Dios. Según el mundo, no debemos nunca arriesgarnos, sino aceptar el ambiente y política preparados y manipulados por los que tienen el poder y dinero para ser elegidos como dirigentes y tambien marginar a los demás. Así, ellos ejercen su presumido derecho de romper nuestras culturas, poner en duda la historia y robar nuestros recursos. Afligidos por una educación escolar caduca y un gobierno local que nos considera intrusos, la sociedad nos exige una sonrisa obediente a pesar de una basura de alimentos físicos o espirituales repartidos que no pueden satisfacer a nadie. No hay pan, y ningún lider quiere que caminemos, mucho menos hacia la liberación y la responsabilidad. Lo triste es que esto frecuentemente nos cae bien porque, sin líderes responsables, no habrá quien nos exija nada.

El pan de la eucaristía no es el único pan en el mundo, pero, si lo comemos bien, nos revelará el propósito de todo pan. ¿Cuándo comprenderemos que el pan existe sólo para el peregrinaje que absorbe nuestra energía al transformar el mundo caminado, anteriormente de esclavos, en un lugar de gente libre y, por ende, responsable? Ojalá veamos que se merece el pan siempre, sólo si lo aprovechamos para la caminata continua hacia la liberación de todos.


Sin duda, Jesús se sonreía cuando le preguntaron si él les diera el pan siempre. ¿Eran capaces de entender el significado de lo que andaban pidiendo: nunca abandonar su caminata hacia la liberación, jamás traicionar sus luchas organizadas, nunca dar espaldas a nuevas responsabilidades ni dar por terminados sus proyectos de humanización?

¿Cuándo entenderemos la eucaristía como una comida compartida por personas que pretenden crear la historia propia? ¿Cuándo veremos que este pan y copa, comida única, nos sostiene para que hagamos culturas nuevas de raíces viejas? Estas son las condiciones que acompañan la eucaristía siempre; Jesús nos invita a estar en la mesa y a comer. Vengan todos.

 

Donaldo Headley



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Arte de Martin Erspamer, O.S.B.
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
[“Clip Art” religioso para el año litúrgico (A, B y C)].
Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org/