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La Palabra que nos compromete
Vigésimosegundo domingo
del Tiempo Ordinario C
28 de agosto, 2022
John Kavanaugh, SJ


Un revés de fortuna
“Los primeros serán los últimos”

Una de las tradiciones en las sagradas escrituras hebreas, especialmente en la literatura de la sabiduría, destaca frecuentemente la ironía de esperanzas inversas. Así, el sabio del Eclesiastés enseña que se experimenta el amor al dar en vez de al recibir;  que la grandeza se muestra en la humildad;  que la sabiduría escucha más que habla. Los Salmos nos dicen que Dios llega a ser morada para los sin hogar, libertad para los cautivos, y lluvia refrescante para los corazones secos.

¿Nos está aconsejando que nos aprovechemos de los pobres para poder llegar a las alturas del cielo?

La Carta a los Hebreos tiene el mismo matiz de paradoja. Mientras muchos pensarán que Dios es tan inaccessible como la montaña más alta, o un horno de ira que consume todo, o un abismo de oscuridad impenetrable, o una voz resonante tan terrible que uno desearía no haberla oído nunca, el Dios de la Carta a los Hebreos es un padre cariñoso. La montaña de Dios es Sión, llena de vida, iluminada, resonante con celebración. El sonido de Dios es la voz de Jesús, por el que se sanarán nuestros miembros mutilados.

El Jesús que vemos en el evangelio de San Lucas se educó con esta tradición oral de paradojas inversas. Sus propias sabias enseñanzas que ofreció durante un banquete con abogados y fariseos elitistas, en realidad vienen del consejo de Proverbios (25: 7) que “vale más que el rey te diga: «Sube acá», y no que “te humille ante gente importante.”

La parábola de Jesús describe a las personas que buscan el lugar de honor y que más tarde, ruborizadas,  tienen que cambiarse a otro sitio de menos prestigio.  “Más bien, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó, te diga: Amigo, pasa más adelante a un lugar mejor.” 

Parece ser un consejo de Dale Carnegie para ganar amistades e influencia:  si desea presentarse favorablemente, ponga una cara humilde. Pero está claro que Jesús no habla de mera cortesía refinada. Habla de una realidad experimental. Los que se enaltecen, tanto si de manera fingida o sincera, serán humillados, y los que se humillan, serán exaltados.

No son solamente los invitados que sufren del problema de jactarse. Los amfitriones lo hacen también. Las fiestas en las casas selectas, tanto si se dan en tiempos de los griegos y los romanos como si se dan hoy en día, se honran con la presencia de los mejores y más célebres invitados. Se cambia totalmente también esta sabiduría mundana. Es mejor, según Jesús, que invitemos a cenar a los no deseados y a los marginados y que estemos contentos cuando no nos puedan corresponder. Recibiremos nuestra recompensa en el cielo.

Esto nos presenta una paradoja aún más profunda. ¿Nos sugiere Jesús que nos comportemos con humildad sólo para llegar a ser exaltados?  ¿Nos está aconsejando que nos aprovechemos de los pobres para poder llegar a las alturas del cielo?

No lo creo. Jesús se dirige a un grupo de personas que le tienden trampas, que sólo entienden la lógica del auto-engrandecimiento. Aún con sus propios términos, su táctica es auto-destructiva. Da igual la táctica de auto-promoción que utilicen, fracasarán.

Fingir ser la persona de menos importancia no garantizará grandeza en el reino de los cielos. San Lucas no nos está ofreciendo una estrategia para ganar aprobación. Describe otra vez algo que ya expresó la misma Virgen María, que Dios aplasta el corazón orgulloso, destrona al príncipe mundano, y exalta al humilde. En estos asuntos, el fingimiento no resolverá la situación.


John Kavanaugh, SJ
Traducción de Kathleen Bueno, Ph.D.

El Padre Kavanaugh fue profesor de Filosofía en la Universidad de San Luis, Missouri. Su prematura muerte ha sido muy dolorosa para todos aquellos que le tratamos en su vida.



Arte de Martin Erspamer, OSB
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
["Clip Art" religioso para el año litúrgico (A, B y C)]. Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org