Domingo > Reflexiones en español > Reflexiones > La Espiritualidad de las Lecturas
Sintiendo y Pensando en Fe
Vigésimoquinto domingo
del Tiempo Ordinario C
18 de septiembre, 2022
Sindy Collazo


Nuestro poder sobre las pequeñas cosas.

En la sociedad, hay quienes tienen poder y lo ejercen sobre nosotros. Y cuando hablamos de poder, tendemos a enfatizar el poder de otros, como Pablo menciona: “en particular, por los jefes de Estado y las demás autoridades”.

Estas personas son visibles y prominentes. Son fáciles de señalar, de juzgar y denunciar. Más las lecturas de este fin de semana nos invitan a reconocer el poder que nosotros tenemos sobre los demás y concientizar en cómo, día a día, ejercemos nuestro poder sobre otros. Si hay una cosa clara, es que todos tenemos algún tipo de poder. Poder sobre nosotros mismos y sobre otros.  

La verdad, es que sabemos que hay gente que oprime y que abusa.

Yo diría que hay grandes poderes y hay pequeños poderes. Nuestra conciencia de justicia social nos permite ver los grandes poderes y como ellos afectan a los individuos y a la sociedad. Va a ser, por esta misma razón, importante prestar atención a los pequeños poderes de cada individuo; a los nuestros. Porque de la manera que se ejercen esos pequeños momentos de poder, refleja el potencial de acción en la persona.

Ejemplos de pequeños poderes en la persona que no tienen que ver con posiciones o títulos: El poder de una sonrisa que aliviará el momento de otra persona. El poder de pausar nuestro ajetreo y escuchar a una persona que necesita desahogarse. Son poderes que sanan. Ahora todos tenemos el poder de hacerle daño al otro. Por ejemplo, cuando le negamos el cariño a nuestros seres queridos, cuando los ignoramos y no lo escuchamos. Cuando no valoramos sus esfuerzos y no les dejamos saber que los amamos. Tenemos poder de sanar o de herir. A nivel social también tenemos poder, solemos llamar “votar con el bolsillo” y como beneficiamos el bien común con nuestros hábitos de consumo.

Un consejo clásico que escuché desde pequeña para las mujeres solteras que están evaluando el carácter de sus novios: “Cuando quieran saber si sus novios serán buenos maridos, observen como tratan a su propia madre. Y de la manera que trate su madre será como te tratará a ti.”  La sabiduría de nuestras abuelas tenía ese valor de las pequeñas cosas, que esas muestras de carácter podían revelar la calidad de la persona por completo.

Jesús lo expresa diciendo: “El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes.”

Hay valor en las pequeñas cosas, en cada pequeña palabra, gesto o acción hay poder. Sobre nosotros mismos y sobre otras personas. Por esto es por lo que hay que tener cuidado de sobre quien tenemos poder y también a quien le damos poder sobre nosotros.  Porque tenemos responsabilidad de ese poder y se nos pedirá cuentas de ello.

Y esto es lo que habla la lectura de Amos. Con palabras fuertes dice que Dios no perdona a quién se aprovecha y explota al desaventajado, al débil.

U oprimiendo y empeorando la situación ya difícil de otra persona que sufre, que no logra superarse. “No olvidaré jamás ninguna de estas acciones.”

La verdad, es que sabemos que hay gente que oprime y que abusa. Para esto deben tener ciertos recursos, cierto poder. Pablo en la primera carta a Timoteo nos invita a orar por estas personas que tienen el potencial de abusar. Para que mediante la intercesión divina puedan convertir ese potencial en una fuente de ayuda para aportarnos a tener “una vida tranquila y en paz, entregada a Dios y respetable en todo sentido”.

Orar por los que tienen el poder y por nuestro propio poder, sobre otros y sobre nosotros mismos.

Oramos porque Jesús nos quiere libres de odios y divisiones.

Fracasamos como individuos y como sociedad cuando sentimos que uno tiene que usar su autoridad para darse respetar ante otra persona o ante la sociedad. Porque tiene que obligar al otro hacer su voluntad. Se nos llama a seguir el ejemplo de Dios Padre, quien nos creó con libre albedrío y que desea que le amemos en libertad. Nada que no nazca de la libertad y de la mutua cooperación es auténtico o verdadero. Lo que no es auténtico no es libre y tiene consecuencias negativas; crea odios y divisiones.

Prestándole atención a nuestro poder sobre las pequeñas cosas nos facilita; nos sirve de entrenamiento para poder atender y cuidar de “los bienes verdaderos” Esos “bienes verdaderos” son los “amigos” que nos recibirán en el cielo.

Dios me los Bendiga y Sean Santos.

Sindy Collazo


Arte de Martin Erspamer, OSB
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
["Clip Art" religioso para el año litúrgico (A, B y C)]. Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org