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La Espiritualidad de las Lecturas
Vigesimosexto domingo
del Tiempo Ordinario A
1 de octubre, 2023
John Foley, SJ

La motivación

A veces Dios utiliza nuestro egoísmo para lograr que hagamos lo correcto. Dicho en otras palabras, utiliza nuestro egoísmo para llevarnos más allá de nuestro egoísmo.

En la Primera Lectura, observamos esto através de una verdadera discusión entre el pueblo y Dios. El pueblo reclama que “¡El proceder de Dios no es recto!” Antes, había citado el proverbio tradicional, “Los padres comieron una verde y los hijos tienen los dientes destemplados.” Aparentemente, sostienen que se les debe atribuir el pecado a sus padres o a sus madres, pero a ellos no. Visto así, Dios les castiga injustamente.

Dios responde:

Escuchad, casa de Israel:
¿es injusto mi proceder?
¿o no es
vuestro proceder el que es injusto?

No obraremos por egoísmo, sino que serviremos humildemente

Les muestra que el que peca es el que morirá; el hijo no cargará con las culpas del padre. “Yo juzgaré a cada uno según su conducta. Si peca, es justo que muera. Si hace bien, es justo que se salve.”

En el Evangelio, Jesús profundiza en esta lección. Escuchamos la parábola de un padre que le pide a su hijo que vaya a trabajar en la viña. El hijo responde, bruscamente, “No quiero.” Sin duda, él sería uno de los pecadores arriba mencionados. O, quizás, sólo le dolía la cabeza, o le disgustaba trabajar por la mañana, lo que sea. Pero cuando su padre sale de la casa, este hijo cambia de opinión y sale a trabajar duro en la viña.

El tiene un hermano. El hermano dice, en efecto, “Sí, por supuesto, saldré y te obedeceré.” ¿No es esto exactamente lo que Dios le había dicho al pueblo en la Primera Lectura? No me cabe duda de que el padre en la parábola estuvo muy satisfecho, especialmente teniendo en cuenta la respuesta tan mal educada que acababa de recibir de su otro hijo. Sin embargo, como ya sabemos, este hermano también cambia de opinión. Ni siquiera se molesta en salir a la viña.

Los intereses egoístas del segundo hermano le hicieron decirle “sí, sí” a su padre. De esa forma, él quedó bien. Pero no se molestó en hacer realmente lo que había prometido. Su egoísmo no le motivó a hacer el bien, sino a aparentar hacerlo.

San Pablo dice que debemos mirar a los que hizo Cristo (Segunda Lectura) si queremos encontrar la motivación genuina, además de inspiración, consuelo, participación en el Espíritu, compasión y misericordia. Entonces no obraremos por egoísmo, sino que serviremos humildemente a los demás, como él hizo. Esta es la más profunda motivación en el cristianismo.

Tened entre vosotros los sentimientos propios
de una vida en Cristo Jesús.
Él, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo*

La motivación por egoísmo no es la única opción. Observemos a Cristo--durante la oración y durante la Misa—y dejemos que nos forme en humildad.

Dejemos que Dios nos haga justos.

John Foley, SJ
________
 * Algunos estudiosos opinan que estos versos proceden de un antiguo himno Cristiano, aquí citado y adaptado por Pablo.Si en tu parroquia hoy se leyó la versión “abreviada” de la Segunda Lectura, no habrás oído esta parte. En ese caso, léela detenidamente en esta página.

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Fr. Juan Foley, SJ



Arte de Martin Erspamer, OSB
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
["Clip Art" religioso para el año litúrgico (A, B y C)]. Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org