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Sintiendo y Pensando en Fe
Vigesimoséptimo domingo
del Tiempo Ordinario C
2 de octubre, 2022
Sindy Collazo


Todos comenzamos teniendo fe por lo pequeño.

  “¡Auméntanos la fe!”

¿Qué es la Fe?

En Hebreos 11,1 dice que “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Practicamos la fe cuando seguimos el ejemplo de Jesús y sus enseñanzas.

En el evangelio los discípulos, le piden a Jesús “auméntanos la fe”. Con ello le están pidiendo que aumente en ellos la certeza y la seguridad de que sí van a recibir lo que esperan y la convicción por aquellas cosas que ellos todavía no ven.

Mas Jesús quiere explicarles a ellos y a nosotros que para aumentar nuestra fe, todos comenzamos teniendo fe por lo pequeño. Teniendo fe en lo pequeño es lo que nos prepara para tener fe en lo grande. A esto es lo que se refiere Jesús cuando compara la fe con un granito de mostaza.

Tenemos fe en lo pequeño, confiando en que Dios nos mueve a través ello. En nuestros esfuerzos del día a día; paso a paso. Viviendo y siendo testigos de cómo Dios está presente en los pequeños momentos de nuestra vida, confiamos cada segundo, cada día un poco más en Dios.  Es entonces cuando nuestra fe aumenta.

Nuestra fe aumenta cuando hacemos lo que tenemos que hacer. Todos deseamos que nuestra fe aumente y para ello no nos sentamos esperando que la fe venga sola y se nos implante en la mente y en el corazón. ¡Actuamos!

La fe es una práctica. Practicamos la fe cuando seguimos el ejemplo de Jesús y sus enseñanzas. Aún cuando no entendamos por completo el propósito y beneficio de lo que Jesús nos pide.  Nuestro primer acto de fe es comprometernos a la práctica de la fe. Y en el transcurso de la práctica, vamos entendiendo y nos volvemos testigos de los frutos de las enseñanzas de Jesús. Aumenta nuestra fe.  

De la misma manera que tenemos que tener paciencia para ver crecer a un grano de mostaza, también tenemos que tener paciencia para poder darnos cuenta del crecimiento. Podemos quedarnos parados por horas frente a la planta y nos nos vamos a dar cuenta de cómo crece. Entonces no nos enfocamos en cuanta fe tenemos. No se trata de cantidad, y esto es lo que precisamente Jesús está tratando de decirnos en el evangelio. La fe se trata de calidad; en lo poco que con el tiempo se vuelve, no cuantitativo, pero cualitativo. Sólo con el tiempo podemos reconocer cuanto una planta crece, y sólo con el tiempo y con concentrarnos en lo que tenemos que hacer, luego podremos disfrutar de como nuestra fe va aumentando, y como aumenta nuestra confianza en el Señor.

Para practicar la fe, tenemos que poner nuestro ego a un lado. Los resultados son variados, sutiles; conllevan logros, fracasos y constantes llamados a intentar de nuevo.

Tener fe es una visión futura, de que lo pequeño puede dar resultados grandes, impulsados por las promesas de salvación. Estamos invitados a invertir todo nuestro ser, con sus virtudes y defectos. Ponemos nuestro ser al servicio de Dios, no para que nos beneficiemos de los frutos de la fe  de inmediato, aquí en la tierra; estamos trabajando por algo mucho más duradero. Trabajamos y servimos al Reino de Dios aquí y sabemos que descasaremos y seremos saciados allá en la vida eterna. Y todos podemos hacer esto reconociendo que todos comenzamos teniendo fe por lo pequeño.

Dios me los Bendiga y Sean Santos.

Sindy Collazo


Arte de Martin Erspamer, OSB
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
["Clip Art" religioso para el año litúrgico (A, B y C)]. Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org