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Pensamientos cortos
2� Domingo de Pascua
15 de abril de 2012

Primera lectura: Hechos de los apóstoles 4: 32-35
Salmo responsorial: 118:2-4, 13-15, 22-24
Segunda Lectura: 1Juan 5:1-6
Evangelio: San Juan 20: 19-31
La victoria es nuestra
 

Por su cruz, Cristo venció el pecado; por su resurrección, venció la muerte. Todo el mal del mundo y todas sus consecuencias, la muerte incluída, han sido vencidos por la victoria del Señor. En la Pascua, celebramos esta victoria con alegría.

La epístola señala que la victoria de Cristo es nuestra victoria. Funciona así: Tenemos fe en que Jesús es el Cristo. Por medio de esta fe, somos nacidos de Dios. Al ser nacidos de Dios, vencemos al mundo. Y al vencer al mundo, amamos a Dios, amamos a los hijos de Dios, y obedientemente guardamos los mandamientos de Dios.

Pero estos versículos de la epístola parecen destruír la alegría, ¿cierto? Si no guardamos los mandamientos de Dios, si no amamos a los hijos de Dios, no venceremos al mundo. Y si no lo vencemos, entonces no somos nacidos de Dios, y no tenemos fe realmente.

Y la cosa se pone peor.

En otro pasaje, esta epístola nos dice que aquél que niega tener pecado es un mentiroso (I Juan 1:8). Por esto parece haber aquí un dilema sin salida. Si pecas, no vences. Pierdes. Pero si intentas decir que no pecas, eres culpable de mentir, que es un pecado; por lo cual no vences. Tal parece que de igual modo, si crees que pecas o si crees que no pecas, pierdes.

Entonces, ¿qué se ha hecho de nuestra victoria, y qué de la alegría?

La solución está en percatarnos de lo que es la fe. La fe es la creencia que Jesús es el Cristo, el Mesías, el que - ¿el que qué? El que vence el pecado y la muerte.

Luego, éste es el mensaje. Nos salva del pecado y la muerte el creer que hemos sido salvados del pecado y la muerte - por Cristo. No hay dilema sin salida. Aún en nuestro estado de pecado, en que la verdad nos obliga a confesar nuestra desobediencia y nuestros fracasos en el amor, somos vencedores - del pecado y la muerte en nosotros - siempre y cuando creamos que Cristo ha ganado la victoria por nosotros.

Esta fe es lo que requiere Dios de nosotros. La epístola tiene razón: no resulta gravoso.

Entonces, he aquí nuestra alegría: Siempre y cuando creamos que Cristo ganó la victoria por nosotros, la victoria de Cristo es nuestra.

 

Eleonore Stump
Traducción Br. Cristobal Torres


Eleonore Stump es profesora de filosofía en la Universidad de San Luis
Derechos de Autor © 2012. Eloenore Stump. Todos los derechos reservados. Se concede permiso para la reproducción para uso personal o uso parroquial.

Arte de Martin Erspamer, O.S.B. (Anteriormente Steve Erspamer, S.M.)
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
[“Clip Art” religioso para el año litúrgico (A, B y C)].
Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org/