Espiritualidad de las sagradas lecturas
Domingo 2º de Cuaresma, ciclo B
4 de marzo 2012

Primera lectura: Génesis 22: 1-2, 9a, 10-13, 15-18
Salmo responsorial: 116:10, 15, 16-17, 18-19
Segunda Lectura: Romanos 8: 31b-34
Evangelio San Marcos 9: 2-10


Luz de Luz

 

Probablemente les he contado esta historia antes, pero tiene algo que ver con las lecturas de este domingo y por esto, la repetiré. El incidente pasó hace mucho tiempo, antes de mi ordenación. Por alguna razón que no puedo recordar, yo había sido elegido para dar la homilía de la Vigilia de Pascua en la iglesia completamente abarrotada de la universidad de San Luis.

Hubo una complicación, por supuesto. El día de la homilía coincidía con mi retiro de ordenación. No hubo ningún problema. Vine con otros cuatro jesuitas desde la casa de retiro muy lejos allá en el campo, a la ciudad, la iglesia, la sacristía, el alba, el altar. No hay necesidad de decir que yo estaba muy nervioso ya que solamente había predicado unas homilías antes en mi vida.

Resultó que la noche anterior había habido una tormenta enorme. Yo había estado mirándola desde unas puertas de cristal de seis pies de alto en la casa de retiros. Si usted no es del medio oeste de los Estados Unidos no puede imaginarsre la fuerza bruta de nuestras tormentas. El agua oscura de la lluvia, destellos de relámpagos volcánicos inesperados, explotando con fuerza violenta. Los detalles más pequeños del paisaje son visibles durante unos segundos, como si veinte mil luces florescentes se hubieran encendido de repente y luego se apagaran otra vez. El enorme poder de la naturaleza me hizo sentir muy humilde ante mi próxima homilía.

La radiación del relámpago me recordó lo que Dios dijo al profeta: “No me mires directamente cuando paso; la vista es demasiado para tus ojos.” En otras palabras, somos demasiado pequeños.

La Vigilia Pascual tuvo una versión mucho más humana de la luz. El Cirio Pascual se encendió de un fuego ardiente y la numerosa asamblea encendió sus pequeñas velas gradualmente de la llama del Cirio Pascual. Como yo estaba en el santuario, pude ver como la suave luz se extendía de estas pequeñas velas, uniendo a la muchedumbre en una unidad dulce, un hogar de caras humanas. Se ocultaron las imperfecciones, el brillo consolador hizo de cada cara un recipiente que sostenía profundamente dentro de sí la luz tranquila del Señor.

¡Qué contraste! El poder atronador seguido tan rápidamente del calor y amor de la pequeña luz. Esto demostró el verdadero contraste entre la grandeza transcendente de Dios--demasiado para los ojos humanos — y el amor silencioso de Jesús. Jesús absolvió imperfecciones, piernas mutiladas y ojos ciegos. Él nos permite vislumbrar la intensidad enorme del Dios infinito con nuestros ojos diminutos, finitos. Jesús es Dios como uno de nosotros. Él es el relámpago convertido en velas.

Está bien, dice usted, esto es muy interesante, pero ¿y el Evangelio de esta semana? En la Transfiguración, Jesús el consolador se invirtió y se reveló como el Dios del fuego infinito. Mi sencillo encuentro con los relámpagos no fue nada comparado con esto. ¿Por qué ocurrió esa transformación tan espantosa?

Una especulación atractiva consistiría en que Jesús tenía que mostrarles (a ellos y a nosotros) la verdadera conexión de la luz con la luz. En el mismo centro de cada rayo está la misma materia que oculta suavemente nuestras caras defectuosas y las hace brillar. Dios no puede deshacerse y apagar la luz que Él es. Pero Él puede filtrarlo y ofrecerlo a cualquiera que quiera mirar...

... y de vez en cuando quita el velo para que no olvidemos lo que estamos viendo.


John Foley, S. J.
Traducción de Julián Bueno, Ph.D.


El Padre John Foley, S.J. es compositor y académico en Saint Louis University,
Queda invitado a enviar una nota al autor de esta reflexión:


Derechos de Autor © 2012, John B Foley, S. J.
Todos los derechos reservados.
Se concede permiso para la reproducción para uso personal o uso parroquial.


Arte de Martin Erspamer, O.S.B. (Anteriormente Steve Erspamer, S.M.)
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
[“Clip Art” religioso para el año litúrgico (A, B y C)].
Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org/