Por la Iglesia: que escuchemos cuidadosamente al Hijo amado de Dios
para que nuestra vida manifieste la gloria de Dios.
Para la gracia de reconocer la realidad espiritual: que miramos más
allá de nuestra rutina diaria para ver como Abraham las bendiciones
de Dios infinitas como las estrellas del cielo o la arena del mar.
Para entender mejor nuestro bautismo: que crezcamos en nuestra
alianza con Dios, que nos ama tanto y nos ha llamado sus hijas e
hijos.
Para el coraje: que nos juntemos con Jesús en camino a Jerusalén,
dedicando nuestro tiempo, energía y vida al servicio de Dios.
Para profundizar nuestra esperanza: que en enfrentar los mensajes y
temas negativos de nuestra sociedad, nos confiemos más en Dios, el
único siempre fiel.
Por todos en camino, o físico o espiritual: que ellos sientan la
presencia de Dios a cada paso y confíen en la luz y la verdad de
Dios para guiarles su andar.
Por los que viven en la Tierra Santa: que todos, inspirados por la
fe de Abraham, luchen para promover cooperación, entendimiento y una
temporada de justicia y harmonía.
Por las víctimas de los tornados y las inundaciones: que Dios les
guíe para buscar los recursos necesarios, tocando el corazón de los
demás para ayudarles.
Por el Congreso: que Dios les dé a todos los representantes la
sabiduría y el coraje para buscar nuevas maneras de colaborar juntos
en solucionar los problemas del pueblo.
Por los que buscan qué significa la vida, especialmente los adultos
jóvenes: que Dios les guíe a un nuevo entendimiento de sus dones
para compartirlos con los más necesitados.
Por los enfermos, especialmente víctimas del Zika: que Dios les
toque en su cuerpo y en su espíritu con su tierno amor para
sanarlos.
Por los que se preparen para incorporarse en la Iglesia: que
experimenten el poder transformador del amor de Dios, para crecer su
deseo de cumplir la voluntad de Dios.
Por los alumnos que celebran vacaciones esta semana: que Dios les
cuide, les proteja y les renueve sus espíritus.
Por todos en luto: que Dios les quite sus lágrimas, dándoles ánimo y
esperanza para el futuro.
Para la paz: que el Espíritu de Dios nos guíe como la familia humana
más allá de la guerra, y nos regrese pronto a nuestros queridos
soldados.