Reflexiones
Domingo 3º de Cuaresma, ciclo B
11 de marzo 2012

Primera lectura: Éxodo 20: 1-17
Salmo responsorial: 19:8, 9, 10, 11
Segunda Lectura: 1Corintios 1: 22-25
Evangelio: Juan 2: 13-25

 
Tercer Domingo

Hay un dicho que alguien se fijó en un ángel que estaba caminando en la calle con un balde de agua y un mechón de fuego. Un hombre le preguntó: ¿Por qué andas con ese balde de agua y ese mechón de fuego? Respondió el ángel: “Voy con el balde de agua para apagar los fuegos del infierno y con el mechón de fuego voy a encender las mansiones de los cielos.” Este dicho es importante porque nos ayuda a clarificar el por que nosotros vamos a la iglesia cada domingo.

Jesús hoy en el Evangelio tiene un choque con los escribas y jefes del templo después de expulsar a los vendedores de animales para el sacrificio en el templo y los que daban cambio en el templo para ganancia. ¿Está Jesús lleno de ira porque Él tiene una pasión por la casa de su Padre y el abuso de los mercaderes? Sí, sabemos que está claro que los pobres y marginados no pueden presentarse o se les hace muy difícil presentarse en el templo de Jerusalén para adorar y orarle a Dios.

Pero entonces Jesús empieza a hablar del templo que Él puede reconstruir en tres dias. Entonces cambia todo y Jesús nos está presentando un cambio radical en nuestro entendimiento y relación con Dios.

San Pablo en nuestra segunda lectura nos dice: “Los judíos demandan signos y los griegos esperan sabiduría, pero nosotros proclamamos a Cristo crucificado.” ... Sigue esta lectura: “Para los judíos y griegos, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios.” San Pablo nos deja saber que la oración y alabanza que le damos ahora a Dios no será suficiente en el templo, sino que tendrá su énfasis en el Cristo Resucitado. El templo, la iglesia no es lo importante, sino el Espiritu de Jesús resucitado que está demostrado en su cuerpo encarnado en su Pueblo que nos guía al Espíritu transformador y resucitado hacia Dios.

Entonces fijémonos en las tres razones por las cuales los católicos vamos a la iglesia o al templo cada domingo. Primero, para darle gloria y alabanza a Dios. Dios no necesita nada de nosotros. No hay nada que podemos darle a Dios. Pero sí podemos reconocer que todo lo que somos y tenemos es herencia de un Dios bondadoso y lleno de misericordia.

Segundo, nos juntamos cada semana para encontrarnos con Cristo en la comunidad de los creyentes, en las escrituras, y en el sacrificio de la última cena. En la comunidad de los creyentes aunque somos imperfectos, todos estamos luchando en el camino para crear el Reino de Dios aquí en nuestra realidad. Las escrituras nos recuerdan la historia de nuestros antepasados sobre las generaciones y nos orientan en el camino actual hacia Cristo como Pueblo. En el sacrificio de la última cena, estamos llamados a la reconciliación entre la familia y nuestros prójimos para tener un corazón de servicio y unión en nuestra diversidad como una comunidad de inclusión, misericordia, y amor.

Tercero, también nos juntamos porque hay un hambre espiritual y sed que nada más Jesús con nuestro Dios puede llenar. Hay muchos hambres falsos que tenemos: como las dependencias del alcohol o las drogas; el estar atentos nada más a nuestro propio egoísmo y lo que queremos nosotros separados de nuestra pareja o hijos o los hijos sin prestar el respeto a sus padres; también el racismo en nuestra sociedad contra inmigrantes o personas de color; el deseo a lo material siendo más importante que lo espiritual. Pero al fin nos juntamos los domingos porque hay muchas tentaciones para desviarnos hacia los hambres falsos y nos llama el hambre más poderoso y profundo, que es el deseo de estar en saludable relación con Dios y nuestro prójimo.

Entonces cuando vemos a un ángel con un mechón de fuego o un balde de agua quizás le podemos prestar nuestra ayuda reconociendo que es el amor y misericordia de Dios y estar en la presencia de Nuestro Señor Resucitado que deseamos cuando llegemos al fin de nuestro camino en este mundo.

P. José M. Santiago, OP, MSW, D.MIN


Padre José M. Santiago, O.P., MSW, D. MIN, Profesor Asistente de Teología Pastoral en el Instituto de Tomas Aquino de San Luis, Missouri.

Derechos de Autor © 2012, Jose Santiago.
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Se concede permiso para la reproducción para uso personal o uso parroquial.


Arte de Martin Erspamer, O.S.B. (Anteriormente Steve Erspamer, S.M.)
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
[“Clip Art” religioso para el año litúrgico (A, B y C)].
Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org/