Reflexiones
Domingo 4º de Cuaresma, ciclo B
18 de marzo 2012

Primera lectura: 2Crónicas 36: 14-16, 19-23
Salmo responsorial: 137:1-2, 3, 4-5, 6
Segunda Lectura: Efesios 2: 4-10
Evangelio: Juan 3: 14-21

 
Llamados a Construir una Casa Nueva en Cristo

En este cuarto domingo de Cuaresma, tomamos tiempo para reflexionar un poco en los días de oración, ayuno y limosna. Tal vez muchos de nosotros hemos ido marcando los días de Cuaresma con nuestros sacrificios personales y nuestras comidas cuaresmales.

También, tenemos que reconocer, que nuestras prácticas de estos días—por muy diversas que sean entre nosotros—tienen un propósito fijo y universal: el de llevarnos y unirnos más íntimamente a Cristo nuestro salvador. Nuestra oración, ayuno, y limosna nos continúan preparando para que podamos ver y recibir la verdadera gracia y misión que viene de Dios.

En las lecturas de hoy, la gracia y misión de Dios se nos presenta en forma de un llamado a construir una “casa nueva” en nuestras vidas. Como nos lo indica la primera lectura, si bien hemos sido insolentes y desobedientes en nuestra fidelidad con Dios, la gracia es que Dios no nos imita sino que nos incita a un cambio positivo: "Así habla Ciro, rey de Persia: "El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él, y suba!"”(II Crónicas 36:19-23).

Este llamado a ser una casa nueva encuentra un eco firme en las palabras del salmo y en las palabras de San Pablo. En el salmo vemos esta casa en Dios implica un compromiso de obra y palabra: “Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén en la cumbre de mis alegrías” (Salmo 136). De igual manera, Pablo en su mensaje a los Efesios nos recuerda de la gracia que se nos presenta en nuestra conversión a Dios.

En la casa de Dios que buscamos encontramos no solo la bondad infinita sino también nuestra propia salvación. “Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo -por pura gracia estáis salvados-, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él” (Efesios 2: 4-10).

Consientes de esta gracia que se nos ha dado en Cristo, y con nuestras oraciones cuaresmales, seguimos marchando en estos días que nos restan. Hoy, nuestro caminar nos llama a reconstruir nuestras vidas, nuestras casas y hogares en templos dignos de la presencia de Dios. En vista a la Semana Santa que pronto vendrá a encontrarnos, continuamos nuestra preparación cuaresmal, pero ahora más firmes y confiados en la luz que nos ha llegado en Cristo (Juan 3:14-21).

Renovados en esta luz que viene a nuestra casa, buscamos con humildad y decisión acercarnos más a la luz de Cristo. Solo así podremos dar testimonio de todo lo bueno que Dios ha hecho por nosotros, solo así podremos vivir la Resurrección que nos espera.

F. Javier Orozco, SFO, PhD


F. Javier es un teólogo y educador católico. Presentemente trabaja como director del ministerio hispano para la Arquidiócesis de San Luis, Missouri. Sus estudios son en filosofía y teología.

Derechos de Autor © 2012, F. Javier Orzoco.
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Arte de Martin Erspamer, O.S.B. (Anteriormente Steve Erspamer, S.M.)
de Religious Clip Art for the Liturgical Year (A, B, and C)
[“Clip Art” religioso para el año litúrgico (A, B y C)].
Usado con permiso de Liturgy Training Publications. Este arte puede ser reproducido sólo por las parroquias que compren la colección en libro o en forma de CD-ROM. Para más información puede ir a: http://www.ltp.org/